miércoles, 22 de octubre de 2014

Carta de Andrés Gioeni al papa Francisco por el Sínodo de la familia

Buenos Aires, 18 de octubre de 2014.
Estimado y admirado Francisco:
¡Paz y bien!
En esta tercera carta que le escribo quiero hacerme portavoz del sabor amargo de muchas personas que pusimos la mirada, la oración y las esperanzas en un Sínodo que parecía abrir las puertas a una Iglesia pluralista, pero que finalmente las volvió a cerrar con elitismo hasta nuevo aviso.
En esta oportunidad no le escribo como quien ha vivido de cerca el sacerdocio; tampoco le hablaré desde mi condición de gay confeso. Esta vez quiero hablarle desde mi faceta de artista, una de las cualidades o dones que como homosexual puedo brindar a la sociedad.
Quienes nos sentimos creadores desde el arte, sabemos lo difícil que es encontrar una bocanada de inspiración. Pero cuando viene ese primer soplo, somos conscientes que en esas incipientes mociones están escondidas las huellas de lo que será nuestra obra final. Cuesta descubrir ese impulso que aparece muy de vez en cuando, pero cuesta mucho más permanecer fiel a su dictado.
En los primeros diálogos entre los personajes se va tejiendo una obra de teatro; en los primitivos trazos y pinceladas van surgiendo los atributos de la pintura final; en los borradores de los compases iniciales ya se prefigura la melodía que sentiremos vibrar; en el impulso de los cinceles originarios se van vislumbrando las figuras imaginarias que terminarán esculpiendo la escultura.
Pero mantenerse fiel a esa inspiración es lo que más cuesta. Porque la desconcentración nos tienta de diversas maneras a dejar de mirar ese primer suspiro programático, similar al llanto inicial del recién nacido. Son muchas las tentaciones que pretenden desviarnos de ese primer espíritu creador. ¿Será quizás más difícil permanecer fiel al primer movimiento, que recibir un sugerente impulso inspirador?
Con el tiempo aprendí que los artistas NO DEBEMOS DESESTIMAR TAN FÁCILMENTE UN PRIMER BORRADOR. Porque allí están las semillas del fruto a cosechar. Quizás como lglesia sea una invaluable experiencia a considerar.
Después de la expectativa creada a raíz de un borrador que surgía con un impulso energético del Espíritu, finalmente desviaron la mirada llegando a una declaración conclusiva con un texto que repite las expresiones conocidas por todos los que en más de una oportunidad hemos leído los documentos eclesiales.
Precisamente las afirmaciones más osadas fueron las que quedaron de lado. Quizás las afirmaciones que atendían a una novedad pastoral, quedaron descartadas en un compendio de frases escuchadas hasta el hartazgo en diferentes ponencias, reuniones, homilías y disertaciones.
Y me atrevo a afirmar que se debe a que COMO IGLESIA TODAVÍA TENEMOS MIEDO. Tenemos miedo a mirarnos como somos, tenemos miedo a reconocernos hijos de Dios con igualdad de condiciones, tenemos miedo a hablar con hermanos de igual a igual, hermanos que deciden ser fieles a una naturaleza aún desconocida. ¿Sentiremos miedo de que un Amor tan grande corra el riesgo de ser repartido?
Es lo que Jesús nos cuenta en la Parábola del Hijo Pródigo; cuando el Padre abre las puertas del hijo que se había perdido, el otro siente que es descuidado y que es injusto reconocer que él también pueda entrar a la casa. Pero ya la misma parábola nos lo deja en claro en las palabras del padre: “Hijo mío, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado” (Lc 15, 31-32).
Pero ¿tanto nos cuesta creer que una fuente inagotable no se puede acabar? ¿acaso algo que es infinito se puede no repartir sino en infinitas posibilidades? Eso lo sabemos por experiencia también los artistas. El espíritu puede soplar acá o allá, pero no se agotará. Puede inspirar a un colega, pero no por eso descuidará la inspiración de las demás obras.
Invite a todos sus pastores a emprender el camino hacia el Sínodo del año próximo mirando a los artistas. Porque un artista no tiene miedo. Un artista se arriesga. No porque sea temerario e irresponsable. Se arriesga porque sabe que la fuerza del espíritu llevará a buen término su obra. Si suelta el trapecio es porque confía que del otro lado hay alguien que lo recibe. Si mezcla colores sin sospecha es porque se entrega confiado sabiendo que la inmensidad de matices enriquecerán su fresco terminado. Si aporta neologismos es porque sabe que la palabra es realmente inagotable. Si combina notas, tiempos, silencios es porque descansa en la armonía.
SI EL BORRADOR ERA MÁS GRATO QUE LA OBRA FINAL, PREGÚNTELES QUÉ LOS DESVIÓ DEL IMPULSO PRIMARIO, QUÉ INTERESES SE MEZCLARON EN EL PROCESO. QUÉ DESAVENENCIAS O CONTIENDAS INTERNAS NO LES PERMITIERON MANTENERSE FIELES A LO QUE EL ESPÍRITU LOS EMPUJÓ EN UN PRINCIPIO.
Aún antes de finalizar le comparto algunas preguntas que me surgen también de mirar todavía el ejemplo de los artistas, y llevarlo luego al plano de la fe:
En nuestros ensayos, levantarnos de nuevo después de habernos caído todavía sigue siendo valentía, porque significa que podemos mejorar. En las familias de los divorciados vueltos a casar pasa lo mismo. Se animaron a levantarse y comprometerse a empezar de nuevo, dándose una nueva oportunidad. Eso no es un pecado, es un reconocimiento humilde de que se puede empezar de nuevo, después de una desilusión.
En nuestra nutrición, sabemos que el alimento es necesario para caminar, correr, saltar, pensar y no un mérito a nuestro trabajo terminado. Comprendemos que lo necesitamos para seguir creando. Percibimos que le da la fuerza al bailarín para ejecutar ese difícil salto que no se animaba a consumar. ¿Es que ustedes siguen considerando que el Sacramento de la Comunión es un premio para las familias que cumplen las reglas? ¿no dijo Jesús que él vino para los enfermos y no para los sanos? ¿o que no vino a llamar a justos sino a pecadores? Sin ese alimento que ustedes restringen difícilmente puedan llegar a buen término aquellas familias que más lo necesitan.
En nuestro proyecto terminado, cuando salimos a escena y se encienden las luces confiamos en que al lado nuestro hay un gran equipo que tiene muchas otras tareas que como actores, desde el escenario, no podemos realizar. Pero sabemos que la escena no será aplaudida sin el trabajo del vestuarista, del escenógrafo, del director, del autor, del musicalizador o el iluminador que completaron el trabajo. Confíen más entonces en quienes conforman también verdaderas familias: en los laicos, en los religiosos, en los pastores, en los presbíteros, en los diáconos, en los misioneros, en los catequistas, etc. Dejen que participen de verdad en las encuestas y no cumplan con un mero formalismo creyendo conocer la realidad de sus comunidades. Dejen escuchar la voz de aquellas familias que menos consideran, quizás sean ellas quienes sepan decir cuál impresión es la indicada para terminar un primer acto. En palabras del Concilio Vaticano II dejen de lado el verticalismo de casi 200 Obispos y escuchen a todo el Pueblo de Dios.
Ojalá que el diálogo con otras religiones y otras Iglesias reformistas los ayuden a descubrir la variedad de culturas y la riqueza inagotable de la diversidad humana, que no se circunscribe a un paradigma occidental de clase burguesa.
Estimule a los Padres Sinodales a mirar a los artistas para que en el Sínodo que se aproxima puedan escuchar los primeros indicios renovadores y no apagarlos. Seguramente la sinfonía final será escuchada con más agrado por los que intentamos comulgar y celebrar un mismo y único Dios.
Desde mi pequeña familia, no de segunda categoría, sino la que Dios pensó para nosotros, lo saludó confirmando y renovando mi esperanza en que es capaz de llevar a cabo su difícil misión.
Andrés Gioeni, otro hijo de Dios.

sábado, 28 de junio de 2014

EL ROPERO


Género: Cuento
Autor : Favio A Lucero


0igo voces adentro del ropero.

_“¿vos no serás igual que ellos?”

Me preguntó mi papá como una condena, después que me vio intercambiar dos palabras y un saludo con Mario en la plaza.

Ahora estoy acá adentro del ropero, en el altillo de casa. Nadie lo sabe, me buscan por todos lados. Pero yo se muy bien, que no me van a encontrar. Este es un lugar oscuro, sin oxígeno, absurdo. Explorarlo exige mucha valentía y todos le temen a la intimidad y a las alturas. Por fuera no llama la atención. Aunque de este lado, es todo profundo y desconocido. Se puede escuchar agudizando el oído, los acordes de un piano y el canto ausente y distante de las palomas.
Desde abajo puedo ver las camisas colgadas, los trajes, sobretodos, polleras, vestidos. A veces  me aburro un poco, pero encontré el modo de entretenerme, contando los cuadros de las telas, los estampados, e imaginando modelitos,  o diseños nuevos. Y Metiendo personas entre la ropa. También hay frazadas, almohadas y zapatos con olor a naftalina.

Desde que me di cuenta, llevo meses, años, encerrado entre estas paredes de madera. Años escondiendo mi secreto. Enmudeciendo los sentimientos y esperando como la tierra en sequía.
La llave la tengo yo. Nadie podrá abrir y sorprenderme. Yo decido cuándo salir. Afuera no soy yo, me siento demasiado vulnerable.

Acá recito y escribo poemas como mensajes de auxilio, que envío al exterior.

“hecho para amar, dignidad humana
Derecho a amar, pero despojado”

Otras veces, canto  canciones inventadas para preguntarme porqué. Me pregunto ¿porqué estoy acá? ¿A quién obedecer?
Quisiera engendrarme yo mismo de nuevo.
Voy repitiendo la letra, para que surja la melodía con sonidos suaves, cuando estoy triste, o alegres cuando estoy contento. Hasta me traigo la comida y algo para beber. Vivo como anacoreta en su ermita.
De noche o de día, nublado o con sol, el ropero es mi caja salvadora, como el arca de Noe. Por eso estoy tan aferrado navegando mar adentro, cual balsa al país de la libertad.


Es así que decidí escribir esta carta desde mi exilio, arrancando una hoja de mi diario íntimo, para contarte de aquellos años, los iniciales.  Cuando me descubrí sintiendo y mirando las cosas desde otro lado.



“sin acercarse, sin mirar
Ni amigo, ni cómplice
Hay que renunciar”

Me tenía que callar en el colegio y en todos lados, porque en el fondo sabía, intuía, que no debía hablar, ni decir lo que pensaba.
En los recreos me encerraba en el baño. De pie, con las piernas abiertas sobre el hueco nauseabundo de los retretes, para que nadie me encontrara y no me invitaran a jugar al fútbol. Era una tortura la pelota. Y los recreos interminables. Conocía de memoria los rincones y las baldosas del patio cubierto de la escuela.
Tampoco me dejaban mirarme al espejo del comedor, porque siempre que nos sentábamos a la mesa, cuando hablaba, me miraba mucho y hacía gestos muy sueltos. “no te mires al espejo” resonaba como advertencia.
Expresarme con palabras poco comunes, también estaba prohibido para mi.
La maestra, mandaba a llamar a mi mamá, porque no me integraba con todos  sólo con unos pocos.
En la adolescencia me encerraba en el baño, para no ir a las fiestas. No quería demostrar nada. La pasaba muy mal, simulando una postura. Me sentía observado por todos, demasiado expuesto. Rechazaba absolutamente todas las invitaciones a salir con mis amigos.
Un par de veces, dando rienda suelta a mi expresividad artística e histriónica, me disfracé .Ahí la represión fue contundente y vino acompañada de mandatos muy claros y definitivos. Nunca más lo intenté.


“No pasar la barrera
Negarse a sentir
Porqué, Porqué”

Tenía que crecer y no podía. Tenía que ser y no podía.


Un camino con muchas señales, se me presentó entonces. Como un peregrino, emprendí un viaje muy largo, al País  más lejano. El centro de mi esencia.  Que con muchas razones fui andando de a poco. De a poco me sentí seguro y contenido. Me ahorré un largo tiempo de inventar otras razones. Porque los argumentos sobraban, todo me cerraba, porque a todos les cerraba y nadie reclamaba ni pedía más explicaciones.

La Iglesia, torre de marfil, fue ese lugar perfecto para refugiarme. Aunque sometido al martirio de una doctrina condenatoria.
 Con el auto flagelo de un forzado angelismo, que censura y juzga sin conocer el corazón. Negando lo evidente. Con  mucho miedo a lo natural, a lo espontáneo. Curiosamente coincidente con las indicaciones familiares inculcadas. Por todo eso, a Mario no lo saludé más. El quedó signado hasta hoy por la condena de todo el pueblo. Y yo, libre de toda sospecha, libre de culpa y cargo, aunque no fuera feliz.

“Quién me dará la respuesta
Quién intentará explicarlo
No se puede, no se puede
Es injusto y lo injusto
No tiene sentido”

 En un momento, el camino elegido me llevó  más lejos y lejos de alejarme, me acercó no al pueblo, ni la familia, sino a mí mismo.
Tomé distancia a la distancia. Tomé otro rumbo, un atajo, un desvío. Perdí toda seguridad y amparo. El mar me devolvió a las costas de mi verdad.
Verdad incómoda, inquieta, oculta, verdad nueva, auténtica, sin maquillaje, ni disfraz.

“no debía ser
La misma capacidad de amor
Siento y deseo igual”

Mi verdad es un sendero estrecho, testigo de mis largos silencios, de desengaños, de sufrir anónimo y solitario. Un paisaje agreste, desierto, que sabe de las luchas, de los sueños. Sendero de destierro con dolor. Hoy largamente recorrido y desandado.

Te extrañará el tono de mi relato, pero debo aclararte querido amigo, que esta es mi última carta. Ya no recibirás estas líneas,  ni mucho menos te contaré de mi pasado.
 A lo mejor, probablemente, te envíe poemas y canciones nuevas, que hablan de lo hermoso que es estar afuera y sentirme como me siento, más vivo que nunca.
Ya no sueño utopías azules ni universales. Vivo la realidad de los momentos y las horas. Mis noches tienen la esperanza y el olor, de las mañanas frescas de verano.
La búsqueda y la lucha terminaron cuando decidí, dejar esta vida adentro del ropero.
Al salir, el sol me iluminó la cara y los ojos para ver lo esencial. Me dejé empapar por la lluvia. Entonces, me encontré con el amor, que le dio sentido a todo.
Hoy, soy lo que soy.

P/D: En casa, todavía no saben nada.

HOY DIA DEL ORGULLO GAY el origen


En la madrugada del 28 de junio de 1969 tuvo lugar uno de los hechos que, sin saber muy bien cómo ni por qué, se convirtió en un hito y un referente en la historia contemporánea del mundo y muy en especial en la historia de la lucha por los derechos civiles, hablamos de la revuelta marica ocurrida en el Stonewall Inn, un bar del Greenwich Village de Nueva York.
stonewall-innNo fue la primera revuelta entre los representantes de un sistema injusto y una minoría discriminada, ni fue la primera donde esa minoría estaba formada por aquellos que por causa de su orientación sexual eran señalados como enfermos o delincuentes. Diez años antes incidentes similares se habían producido en la cafetería Cooper´s Donuts de los Ángeles y tres años antes en la cafetería Compton de San Francisco.
La revuelta del Stonewall no destacó por ser excesivamente violenta, no hubo muertos ni heridos graves. Y tampoco fue un acto de reivindicación política, organizado o dirigido por intelectuales o activistas que luchaban por los derechos homosexuales. Sin embargo, ahí quedó en la memoria de todos como el momento y el lugar en el que alguien dijo que no. Que ya estaba bien, que esta vez ya no agacharían la cabeza y no sufrirían la humillación de ser tratados como pervertidos o criminales, cuando su único delito era ser ellos mismos y tratar de disfrutar de algunos de los privilegios que los demás entendían y vivían como algo normal. Cosas tan simples como divertirse, reír, bailar y amar.
Eran tiempos convulsos y de cambio en los que una generación que había nacido tras la segunda guerra mundial pedía paso. Eran los tiempos de la guerra fría, del anticomunismo y la lucha por los derechos civiles, de Vietnam y Nixon. Era el verano del amor, y al ritmo de los Beatles, de Elvis, los Rolling, Bob Dylan o Joan Baez, la minoría dentro de las minorías se reunía en antros y tugurios escondidos, donde por tres dólares, consumición incluida, podían sentirse seguros mientras bailaban, charlaban y bebían el alcohol rebajado que las mafias que controlaban ese mundo underground,  tenían a bien ofrecerles. Todo ello por supuesto con el visto bueno de una policía corrupta que cobraba su parte a cambio de hacer la vista la gorda y limitarse a cubrir el expediente.
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En Nueva York, el Greenwich Village, un pequeño oasis de tolerancia y diversidad, se había convertido en un polo de atracción para cualquier homosexual que buscara un sitio donde encajar. Y en el Village el tugurio de moda era el Stonewall Inn. Ahí se reunía lo mejor de cada casa. Jóvenes que habían sido echados de sus hogares por maricas, chaperos, travestis y drag queens con sus mejores galas o con el vestido que habían tomado prestado a sus madres. Mariquitas locas libres de ser y sentirse todo lo locas que quisieran, rudas  camioneras, marimachos y discretas bolleras. Homosexuales de todos los pelajes y de todos los colores, negros, blancos, asiáticos, latinos alternando con hombres casados y padres de familia respetables que una vez al mes o a la semana se tomaban un descanso de esa rutina de mentiras que llamaban vida. Todos ellos se juntaban en este restaurante reconvertido en bar de ambiente que cada noche abría sus puertas para ofrecerles un poco de diversión.
Y así solía ser, exceptuando alguna noche y en horas de poca concurrencia, cuando de pronto las luces se encendían y tenían que enfrentarse a una realidad uniformada de azul que los detenía, humillaba, amenazaba, extorsionaba o simplemente arruinaba sus vidas exponiendo su más oculto secreto a la luz pública. Adiós familia, estudios, trabajo, carrera, reputación. Y todo en nombre de la decencia, la moral y una “american way of life” en plena decadencia.
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Esto fue precisamente lo que ocurrió el 29 de junio de 1969, pero en esa ocasión pasada la una de la madrugada, cuando con el bar lleno, la luz se encendió y la policía entró en el local. Unas cuantas maricas salieron corriendo, el alcohol vendido sin licencia fue requisado, comenzaron las identificaciones y el bar empezó a ser desalojado.
Pero, al contrario de lo que hasta entonces solía ocurrir, los maricas, travelos, bolleras y drags   que abarrotaban el bar se rebelaron negándose a colaborar, en tanto que aquellos que habían sido expulsados del bar no se dispersaron rápidamente como era costumbre y así, pronto una pequeña multitud de clientes y curiosos se arremolinó a las puertas del local.
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Cuando las unidades de refuerzo llegaron para llevarse arrestados a los clientes que la policía custodiaba en el interior del local varios cientos de personas estaban fuera aguardando. Conforme los agentes iban haciendo entrar a los detenidos en los vehículos el ambiente se fue tensando, algunos empezaron a cantar la canción “Venceremos” de Joan Baez y unos pocos puños se alzaron al grito de “Gay Power”, otros comenzaron a burlarse de la policía y a lanzar monedas (en referencia a los pagos que la mafia hacía a la policía) y alguna botella a los coches patrulla. Los detenidos que eran conducidos a los vehículos, luchaban, protestaban e intentaban zafarse de la policía que empezó a responder con violencia, la gente abucheaba. Según cuentan, una de estas detenidas animó a la gente a hacer algo, y fue en ese momento en que la tensión estalló y empezó el caos.
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Pronto, más de medio millar de personas se encontraron envueltas en una trifulca en toda regla donde volaban las botellas, las monedas y las piedras. Algunos policías huyeron en sus coches patrulla mientras que el resto se atrincheró dentro del local cerrando la puerta junto a varios detenidos y un periodista. Los agentes, acostumbrados a la docilidad de los gays, perplejos, comenzaron a sentir miedo. Unas drags, encolerizadas, arrancaron un parquímetro y lo utilizaron como ariete para intentar derribar la puerta y asaltar el local. Botellas, basura, piedras, ladrillos y contenedores eran lanzados contra la fachada y las ventanas tapiadas que se rompieron. Tras saltar la chispa, el fuego había prendido y no sólo en sentido metafórico.
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Después de más de media hora de acoso la situación pareció descontrolarse cuando las puertas del local se abrieron y un policía con pistola en mano amenazó a la gente con disparar. De pronto se oyeron sirenas y aparecieron los antidisturbios y los bomberos. La revuelta entonces paso a una segunda fase. Los refuerzos policiales rescataron a sus compañeros del interior del Stonewall y empezaron a detener a todos los que podían con la intención de despejar las calles. Pero la multitud, que seguía aumentando en número, no estaba por la labor. Frente a los antidisturbios se colocó una fila de travestis y gays en formación coral cantando y bailando levantando las piernas, burlándose de unos agentes nada acostumbrados al desafío de esos enfermos y pervertidos. Durante la siguiente hora y media las persecuciones se sucedieron, los coches volcados, los policías persiguiendo a los manifestantes y los manifestantes persiguiendo a los policías al grito de ¡cogedlos!, hasta que hacia las 4 de la madrugada todo quedó despejado y en silencio. El saldo de esa noche histórica fue de 13 detenidos, 4 policías heridos y varios manifestantes hospitalizados.
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Al día siguiente, los panfletos, las noticias, los rumores, las reivindicaciones y las denuncias sobre la situación a la que se enfrentaba la comunidad gay llenaron las calles del Village y durante las noches posteriores se volvieron a repetir unos altercados a los que más y más gente se fue sumando. Y ya no eran solo drags, chaperos o clientes del Stonewall, sino hombres y mujeres gays junto a heterosexuales que se unieron para protestar y levantar la voz al grito de Gay Power. Personas que habían perdido el miedo y reclamaban su espacio. Y cuando por fin tras casi una semana de enfrentamientos y protestas todo terminó y la calma volvió al Village, algo había cambiado para siempre.
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Los movimientos homófilos y la lucha por los derechos de la comunidad LGBT no nacieron en Stonewall, pero Stonewall señaló un punto de inflexión. De pronto se pasó de reivindicar un pequeño espacio en la sociedad donde pudiéramos vivir sin hacer mucho ruido y sin molestar a nadie, a reivindicar que estábamos ahí y que nos gusta como somos, que no nos íbamos a ir y que no íbamos a cambiar, escondernos o disimular. Ya no pediríamos perdón por ser como somos, ya no nos íbamos a avergonzar, y ya no suplicaríamos la caridad de nadie. Tocaba exigir.
La respuesta a ese cambio de estrategia fue inmediata. Por fin las personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales se podían identificar con una lucha que hasta entonces se había limitado a piquetes hetero normativos de la Sociedad Mattachine, cuyos integrantes daban vueltas con carteles pidiendo derechos y auto reprimiendo cualquier muestra de diferencia. Stonewall fue una inspiración para la comunidad LGBTI americana primero y para el mundo después.
foto-manifestación-1970Tras las revueltas una mecha se encendió en Estados Unidos y las asociaciones de grupos LGBTI se multiplicaron por todo el país. Apareció una prensa gay y ese mismo año nació el Frente de Liberación Gay y la Alianza de Activistas Gays,  grupos que ya no escondían quienes eran tras ambiguos nombres como la Sociedad Mattachine o Las Hijas de Bilitis. Había nacido la visibilidad, el coming out, el orgullo de ser quien eres. Y el 28 de junio de 1970 en el primer aniversario de la revuelta, el Día de la Liberación de Christopher Street, se convocó una manifestación hacia central park.
Si el año anterior el piquete anual de la Sociedad Mattachine que se celebró una semana después de la revuelta había reunido poco más de 50 personas ataviados con sus trajes, corbatas y faldas, dando vueltas en círculos mientras sostenían pancartas que protestaban por el trato que les daban las leyes federales o que reclamaban simplemente que los homosexuales eran personas, un año después, 10.000 personas marcharon por la quinta avenida con carteles donde se podía leer “I’m a lesbian”,”Gay Power” y “Freedom”.
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Y esto no se limitó a Nueva York. El primer año marchas simultáneas se celebraron en los ángeles y Chicago. Al año siguiente el orgullo ya había saltado el charco con manifestaciones en París, Berlín y Estocolmo mientras en Estados Unidos otras ciudades como Boston, Dallas, Atlanta, Detroit, Washington, Miami y Filadelfia se unían a las marchas. Y cada año más y más ciudades de todo el mundo se fueron uniendo, hasta que hoy en día, 44 años después, en un número incontable de ciudades grandes y pequeñas, cientos, miles e incluso millones de personas, se reúnen y marchan una vez al año para decirle al mundo, que estamos aquí con orgullo y que ya no nos escondemos, para mostrarles a aquellos que aún siguen sufriendo la represión, la violencia, la injusticia de leyes, gobiernos y sociedades intolerantes, que no están solos y que sí  que hay esperanza. Y de este modo la lucha continúa y continuará, y a pesar de las prohibiciones, cada año una nueva ciudad o un nuevo país se une a la larga lista de aquellos que celebran el día del orgullo LGBTI.

miércoles, 25 de junio de 2014

“Los derechos LGTB son derechos humanos”


Tiene cuatro años, se llama Matteo y es el amigo inseparable de mi hija pequeña. Nunca se separa de su muñeca, la lleva a todas partes, aunque medio escondida; seguro que ya habrá oído aquello de que un niño no puede jugar con muñecas. El otro día le pregunté: “Matteo, ¿qué tienes ahí?” , y él escondió su muñeca debajo de la camiseta. “¿Es una Barbie?”, le pregunté. Pero él no se atrevió a decir ni una palabra. “Yo tenía una Barbie cuando era pequeño. ¡Me encantaba!”, le dije, mientras mi hija añadía: “Y yo tengo otra”. En ese momento Matteo sacó su muñeca y la levantó como un trofeo para enseñármela y preguntarme emocionado: “¿Era como esta?”. “Parecida”, le dije, “pero la tuya es mucho más bonita”. Desde ese día, siempre viene a enseñarme su muñeca cuando me ve.
Matteo tiene derecho a ser feliz, a jugar con aquello que más le gusta, a ser aceptado y querido tal y como es. A que su padre y su madre lo miren con orgullo y amor. Matteo tiene derecho a no ser señalado y estigmatizado, a crecer viendo respetada su manera de ser. Tiene derecho a recibir una educación en la diversidad donde no haya una forma mejor de ser hombre que otra. Tiene derecho a recibir una educación religiosa que le muestre a un Dios de amor que le acompaña a lo largo de su vida, en cada una de las cosas que hace: en las maravillosas, y en las que no lo son tanto. Tiene derecho a decir algún día de quien se ha enamorado, o quien le gusta, a explicar a sus amistades como ha sido su primera relación sexual, como se ha sentido, que le ha parecido. Tiene derecho a vivir una adolescencia segura, sin ser el blanco de ningún matón, y a que su entorno escolar sea un lugar seguro donde pueda desarrollar todas sus potencialidades.
Matteo, y millones de personas como él en todo el mundo, tienen derecho a decidir si quieren o no quieren casarse, y con quién quieren hacerlo. Tiene derecho a pedir o no una bendición religiosa de su unión, o a celebrarla con un gran banquete con la gente a la que quiere; tiene derecho a elegir hacer eso, o a elegir que no quiere hacerlo. Matteo tiene todo el derecho del mundo a tener hijas e hijos a los que vestir con el mismo cariño con el que viste a sus Barbies. El mismo derecho a formar la familia que él y su pareja deseen. Como todo el mundo debería tener derecho a un empleo, pero además, a un empleo donde no tenga que esconder a quien ama o tenga que fingir que es otra persona.
Matteo debería tener derecho a vivir en paz en el lugar que él desee, pero si la homofobia no se lo permitiese, como a millones y millones de personas que algún día fueron niños o niñas como Matteo y que ahora ven peligrar su vida por una leyes que los criminalizan o incluso los asesinan; debería tener derecho a ser acogido en un país como el nuestro, o cualquier otro donde los derechos humanos estén por encima del derecho de la homofobia.
Si Matteo decide tener hijos e hijas debería tener derecho a que la sociedad en la que vive respete la diversidad familiar. Derecho también a que si es creyente, la religión que profese, integre a su familia como a todas las demás. Matteo puede enfermar, como cualquier otra persona del mundo, y por eso tiene derecho a ser atendido con el respeto y con la dignidad que merece sin dejar a un lado quien es y como es. Si Matteo algún día es seropositivo, tiene derecho a no ser marginado, y a recibir la medicación necesaria para poder vivir… un derecho que no debería depender del país ni del nivel económico que tenga Matteo.
Tiene derecho a envejecer y ser atendido con la misma dignidad que el resto de personas, tiene derecho a vivir su diversidad también cuando sea una persona mayor. La diversidad es algo que nos acompaña toda la vida, no sólo en la adolescencia y juventud. Por eso Matteo tiene derecho a políticas que permitan integrar la diversidad en el último tramo de su vida.
Todo lo dicho es evidente para personas con un mínimo de sensibilidad y empatía, pero la realidad con la que seguimos encontrándonos es que todavía falta mucho para que personas como Matteo tengan los derechos más básicos protegidos. Por eso durante esta semana las celebraciones del Pride girarán entorno al lema: “Los derechos lgtb son derechos humanos”.
Es difícil entender porque el cristianismo no está por los derechos de niños como Matteo. Todavía se mantienen en paradigmas desfasados enfrascados en saber si éste o aquel versículo dice o no dice esta cosa, si aquella palabra puede interpretarse de una u otra manera… Una mirada realmente evangélica se posicionaría claramente al lado de Matteo, para intentar ofrecerle una vida realmente plena y feliz. Pero todavía muchos están ahí, incluso los más avanzados, teorizando con sus teologías y explicándonos griego, antropología hebrea, etc, etc.. pero olvidando la vida de tantos y tantas Matteos que viven a su alrededor. Hay cientos de millones de Matteos en este mundo, y muchos menos versículos con los que estigmatizarlos. Aunque sólo un Matteo, vale más que toda la ley divina  junta.
El próximo viernes día 27 de Junio en Barcelona, Protestants Inclusius se reunirá para decir que los derechos lgtb son derechos humanos, y que nuestro compromiso con el evangelio nos anima a trabajar para que algún día no tengamos que afirmar una cosa tan evidente. Por mucho que los fundamentalistas griten, que saquen toda su artillería pseudoteológica, sabemos bien claro que la homofobia fundamentalista no está del lado de Matteo y su muñeca. Pero con mucha más claridad aún , sabemos que el evangelio sí lo está. Sólo quien desea un mundo mejor para Matteo, está por el evangelio… todo lo demás son excusas para defender un sistema obsoleto que nos puede hacer sentir seguros, pero que no tiene nada que ver con el cristianismo.
Si crees que los derechos lgtb son derechos humanos, si crees que el evangelio te compromete con la defensa de estos derechos:   miles de Matteos te esperan cada día para que pongas tu granito de arena en la construcción de un mundo donde puedan levantar sus barbies como otros niños y niñas levantan sus trofeos.
Carlos Osma

sábado, 14 de junio de 2014

Predicó por vez primera un Sacerdote trans


 Esta semana hemos conocido también que en la Catedral Nacional de Washington, de la Iglesia episcopaliana, ha predicado por vez primera un sacerdote trans, Cameron Partridge. Se trata, conviene recordar, de uno de los templos cristianos más importantes de Estados Unidos, con una notable trayectoria en la defensa de las personas LGTB. En enero de 2013, por ejemplo, se anunció que se celebrarían allí bodas del mismo sexo. Con motivo de la sentencia del Tribunal Supremo anulando la sección tercera de la DOMA, la norma que prohibía a la administración federal reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo, sus campanas tañeron durante casi una hora. La predicación de Partridge es pues plenamente coherente con su línea de acción. En palabras del reverendo Gary Hall, decano de dicha catedral, “Como activista tanto dentro de la Iglesia como en la comunidad en general, espero que la presencia de Cameron en el púlpito enviará un mensaje simbólico de apoyo a una mayor igualdad para la comunidad transgénero, que sufre violencia, discriminación, desempleo, carencia de hogar y desigualdad económica”.
Cameron Partridge es uno de los siete sacerdotes abiertamente trans de la rama estadounidense de la comunión anglicana. Poco antes de ordenarse comentó a su obispo Thomas Shaw que estaba en transición de mujer a varón. El obispo apoyó su decisión y Cameron fue ordenado. Partridge marcó también un hito al ser nombrado capellán en la universidad de Boston en 2011, y durante estos años ha trabajado activamente a favor de la inclusión de las personas trans. Como uno de los resultados más visibles, la catedral episcopaliana de Boston celebra ahora cada año un homenaje en el Día Internacional de la Memoria Transgénero, en recuerdo de quienes han muerto a causa de su identidad de género.
Noticias, en definitiva, que dejan translucir movimientos importantes en el cristianismo protestante norteamericano hacia la igualdad de las personas LGTB. Es significativo además que estos movimientos se extiendan ya más allá de las iglesias “liberales”. Iglesias como la episcopaliana acumulan ya años de aceptación progresiva de las personas LGTB, pero las iglesias baptistas, por ejemplo, siguen siendo fuertemente homófobas. A ello hay que añadir el surgimiento de figuras como el activista gay y cristiano Matthew Vines, de quien ya hemos hablado en entradas anteriores. Procedente de una familia y entorno evangélicos muy conservadores, Vines acabó por aceptar su orientación y considerarla compatible con la Biblia. Un proceso de aceptación que resultó costoso no solo para él, también para su padre, quien ha contado lo duro que le resultó aceptar la homosexualidad de su hijo, que ha traído consigo el alejamiento de su iglesia local.
Como bien ha señalado un periodista de información religiosa de Estados Unidos, parece que las visiones progresistas ganan terreno en las iglesias norteamericanas después de años en que mayoritariamente el protagonismo y la presencia mediática parecían reservadas a los conservadores.
Fuente Dosmanzanas

domingo, 25 de mayo de 2014

Papa besa la mano y concelebra misa con el sacerdote activista pro-homosexual




ROMA, 23 de mayo 2014 ( LifeSiteNews.com ) - El Papa Francisco causó sorpresa a principios de este mes por concelebrar la Misa con y besar la mano en una campaña que lleva  el sacerdote activista homosexual de los cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad.
 El 6 de mayo, Francisco recibió al sacerdote de 93 años de edad que ha cofundado la organización activista homosexualista,  Agedo Foggia , que se opone a la enseñanza de la Iglesia Católica.

Fr. (Don) Michele de Paolis concelebró la Misa con el Papa Francisco en el Domus Santa Martha y luego presentó al pontífice con los regalos de un cáliz y una patena de madera y una copia de su más reciente libro, "Querido Don Michele - preguntas a un sacerdote inconveniente".
En un libro anterior, Don Michele escribió: 
"el amor homosexual es un regalo de (Dios) no inferior a heterosexual." También desacreditó la idea de las parejas homosexuales no tener relaciones sexuales.
Francisco cerró la reunión por besar la mano del sacerdote, un gesto que el periódico de extrema izquierda L'immediato llamó a uno ", revelando la humildad de un gran hombre a otro de la misma estatura." De Paolis describió el mismo gesto papal inusual en un poste a  su página de Facebook , diciendo que él pidió a Francisco para una audiencia con otra organización del sacerdote, la Comunidad de Emaús: "¿Es eso posible?"
Él dijo que el Papa respondió: "Cualquier cosa es posible.Hable con el cardenal Maradiaga el cual preparará todo ".  
"Y luego (increíblemente) besó mi mano! Lo abracé y lloré ", dijo De Paolis concluyó.
El gesto ha hecho una especie de sensación en los medios de comunicación italianos y 'blogs ya que de Paolis es una figura bien conocida en Italia como un apologista de oficina principal para la ideología homosexualista. Él aparentemente se reunió con Francisco en su calidad de fundador de Emaús Comunidad en la ciudad italiana meridional de Foggia que ayuda a los pobres y los que sufren de SIDA.
Pero es por su cofundador de Agedo Foggia, una "asociación de padres, familiares y amigos de los homosexuales" (Associazione di genitori, parenti e amici di persone omosessuali) - que las campañas para promover el homosexualista y la ideología de género en la sociedad italiana y la Iglesia - que él es el más conocido en este país.
LSN preguntó el portavoz del Vaticano el padre. Frederico Lombardi una aclaración en cuanto a la naturaleza del encuentro, pero no recibió respuesta de la hora del cierre.

martes, 15 de abril de 2014

Boda de un clérigo gay anglicano


Sin pretenderlo, Jeremy Pemberton, ha conmocionado a gran parte de la sociedad inglesa y ha puesto patas arriba a toda una institución como la Iglesia Anglicana. Su 'pecado' ha sido encontrar el amor de su vida a los 58 años de edad.
El hecho no sería particular de no se porque Pemberton es sacerdote. Un clérigo que, tras casarse con una mujer, tener cinco hijos y divorciarse, ha rehecho su vida con otro hombre, Laurence Cunnington, con el que se acaba de casar. Un viaje sentimental que ha hecho sin colgar los hábitos.
El clérigo, que hace dos años confesó su homosexualidad, defendía en Twitter su nuevo casamiento: "Amo a este hombre y quiero casarme con él, igual que cualquier pareja". Junto a este escueto anuncio colgaba una fotografía de la ceremonia en la que Pemberton aparece impolutamente trajeado junto a su pareja, ambos con corbata y solapa amarilla.
Lejos de arredrarse antes las críticas recibidas, Pemberton dio las gracias "a todos los que nos han deseado lo mejor" y contestaba así a los más reacios a su decisión: "A quienes se niegan a darnos su bendición les digo: '¿podemos hablarlo otro día?' De momento he firmado, y mi marido reclama mi tiempo", recoge El Mundo.
Este revuelo por la boda de Pemberton llega tan sólo dos semanas después de que Reino Unido legalizará los matrimonios gays. A la polémica se han sumado las palabras del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que la semana pasada avisó en contra de esta clase de uniones: "Si la Iglesia Anglicana aceptara el matrimonio gay, sería "catastrófico" para los cristianos en África, donde su religión se asociaría con la homosexualidad".
En la Guía Pastoral sobre los Matrimonios del Mismo Sexo, Welby ya se hacía eco de que "no sería apropiado que un miembro de la orden sagrada pueda oficiar un matrimonio entre personas del mismo sexo, dada la necesidad de los clérigos de predicar en la Iglesia con el ejemplo".
Sin embargo, y pese a estas críticas, Welby ha pedido comprensión a los fieles con respecto a los matrimonios homosexuales y a aquellos que le presionan para que expulse a Pemberton de la Iglesia Anglicana y no siente así un precedente para otros clérigos gays que quieran casarse.
Aunque hasta la fecha los anglicanos consentían las uniones civiles de sus clérigos homosexuales con la condición de hacer voto de celibato, el caso de Pemberton deja el debate abierto. El clérigo, por su parte, ajeno a la controversia generada, ha decidido disfrutar de su luna de miel junto a su marido durante esta Semana Santa. (RD/Agencias)

jueves, 13 de marzo de 2014

Un pastor bautista sale del armario a los 90 años -cinco meses antes de morir- ante su nieto gay.


Nunca es tarde para aceptarse y revelar a los tuyos quién eres realmente. Reconciliarse con la verdad, permitir que tus seres queridos te recuerden como eras y no como te obligaron a parecer que eras. Es lo que debió pensar James Burton Rehnberg, un anciano de 90 años que decidió salir del armario apenas cinco meses antes de su muerte. Lo hizo ante su nieto, el artista Grant Rehnberg, también gay, que ahora quiere rendirle homenaje.
“Hace cinco meses el abuelo Jim me dijo que era gay”, cuenta Rehnberg, apenas un mes después de la muerte de su abuelo. Al parecer el anciano, ya fallecida la que fue su esposa durante 65 años, encontró las fuerzas para abrirse a su nieto mientras ojeaban las fotos de boda de este, casado con otro hombre. En ese momento hizo alusión a “los cojones que hay que tener” para vivir abiertamente y “me habló sobre el amor de su vida, Warren Johnson, un chico junto al que tocaba música en la iglesia”, explica el artista (James Burton Rehnberg, veterano de la Segunda Guerra Mundial, fue pastor baptista). “Me dijo que Dios ama cada parte de lo que somos. Me dijo que si pudiera se cambiaría por mí. Me dijo que me quería”, añade, emocionado.
Grant Rehnberg quiere ahora rendir homenaje a su abuelo a través de una instalación artística, The Family Connection, para la que ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding (a la que si lo deseas puedes contribuir aquí). El artista quiere examinar a través del arte la complejidad de sentimientos que le despertó la revelación de su abuelo.“¿Cómo procesar mis sentimientos hacia un hombre cuyo legado de vergüenza religiosa, represión sexual, y miedo de sí mismo moldeó mi propio camino? ¿Cómo reconciliar esto con mi propia experiencia como un joven abiertamente gay y privilegiado?”, se pregunta Rehnberg.

lunes, 10 de marzo de 2014

Una iglesia luterana de Alemania permitirá a sus pastores convivir con sus parejas del mismo sexo en las casas parroquiales.



La Landeskirche o iglesia regional abarca el territorio de Hamburgo, Schleswig-Holstein y Mecklemburgo-Pomerania Occidental. La decisión fue tomada en primera lectura por unanimidad a finales de febrero y ratificada en el sínodo por 156 votos a favor frente a solo dos en contra el pasado fin de semana. Las parejas del mismo sexo que hayan contraído una unión civil serán tratadas del mismo modo que las heterosexuales casadas.
Las iglesias protestantes alemanas ejercen diferentes políticas en lo que se refiere a la inclusión de los creyentes LGTB. Junto a la Landeskirche del norte de Alemania, las iglesias evangélicas luteranas de Hanóver, Braunschweig y Baviera permiten a los pastores gays y lesbianas convivir con sus parejas del mismo sexo. En cuanto a la bendición de uniones civiles homosexuales, la situación es diferente incluso dentro de una misma denominación. En el seno de la iglesia evangélica luterana del norte de Alemania, las bendiciones se llevan a cabo sin problemas en Hamburgo y Schleswig-Holstein, mientras que en el resto de la diócesis depende de la voluntad del preboste. En Kurhessen-Waldeck, por el contrario, dichos ritos quedan incluso registrados, igual que los matrimonios, en el libro parroquial.
En junio del año pasado, la iglesia evangélica de Alemania emitía unas indicaciones orientativas en las que se calificaban como equivalentes en sentido teológico a las relaciones de pareja entre personas del mismo o de distinto sexo, y en agosto, se celebraba en una parroquia evangélica del estado de Hesse la primera boda entre personas del mismo sexo con pleno reconocimiento eclesiástico de Alemania. Solo unas semanas después, sin embargo, el líder de la EKD Nikolaus Schneider, se mostraba contrario al matrimonio igualitario. Una situación que contrasta con los avances que otras iglesias protestantes han registrado -sin movernos de Europa- en países como Suecia o Dinamarca, cuyas iglesias luteranas ya celebran matrimonios religiosos entre personas del mismo sexo.
Fuente Dosmanzanas

“Jesús era gay-friendly, y yo sigo el ejemplo de mi maestro”


Entrevista a la teóloga Cristina Conti

Teóloga protestante de origen Uruguayo  vive actualmente en Buenos Aires. Esta militante feminista y defensora de los derechos de las personas lgtb, que se declara seguidora de Jesús. 

Teóloga protestante y militante feminista.... Se mueve usted en la frontera. ¿Cómo ha llegado hasta aquí?

Soy feminista desde que tengo memoria. Aunque de niña no conocía lo que era el feminismo, siempre me rebelé ante los límites de género, y más adelante, ante los estereotipos de género. Cuando descubrí lo que era el feminismo, me identifiqué totalmente con ese movimiento. Al empezar a estudiar teología, creo que fue natural que mi feminismo informara y moldeara mi teología.


Al hablar de feminismo podemos perdernos, ¿cómo entiende usted el feminismo?

No hay un solo feminismo, sino una enorme variedad de feminismos, saludablemente muy diversos. Básicamente se puede decir que todos buscan la equidad de derechos para las mujeres y el fin de la opresión patriarcal. Creo que es importante dejar en claro que el feminismo no busca la supremacía sobre otros grupos, sino la igualdad de derechos para todos y todas. Una vez que nos damos cuenta de que el patriarcado no solo oprime a las mujeres, sino a todos los grupos sin poder, entendemos que debemos unirnos para defendernos unos a otros.

Según su experiencia, ¿que puede aportar la teología al feminismo para enriquecerlo?

Creo que es más bien al revés. El feminismo puede aportar muchísimo a la teología, que en general ha estado presa del sistema patriarcal. Lo que es peor, ha sido funcional a ese sistema, incluso fundamentando ideológicamente la opresión de las mujeres y otros grupos sin poder. Lo único que se me ocurre que puede aportar la teología al feminismo es todo lo que tiene que ver con la forma en que Jesús se relacionaba con las mujeres. En Jesús vemos a un varón claramente feminista. La voz de las mujeres en la teología (salvo unas pocas excepciones) recién comenzó a escucharse a mediados del siglo XX, así que todavía hay mucho por hacer.

La suya es para muchas personas una de esas voces. En su artículo “Hermeneútica feminista” hablaba usted de la necesidad de que las personas oprimidas por el patriarcado tengan “intuiciones inéditas” que pongan en tela de juicio las interpretaciones bíblicas que refuerzan el patriarcado. Puede compartir, ponernos algún ejemplo, de algunas de esas “intuiciones” que usted ha tenido.

Creo que la intuición que ha sido más significativa para mí, como teóloga feminista, fue el darme cuenta de que todos los oprimidos por el sistema patriarcal estamos en el mismo bote. Así, de mi feminismo surgió mi militancia a favor de otros grupos, como los LGBT. Creo que las personas que han sufrido discriminación no pueden ser indiferentes al sufrimiento de otras personas discriminadas. No debemos defender sólo lo que nos beneficia personalmente, sino solidarizarnos con otros grupos vulnerables y luchar también por otras causas justas.

¿Pero qué ha supuesto para usted descubrir un cristianismo que en vez de liberarla como mujer ha intentado someterla a un sistema opresivo como el patriarcado? No han sido pocas las mujeres que han acabado desistiendo y han abandonado la iglesia o incluso la fe.

Uruguay, mi país natal, tiene uno de los más altos porcentajes de ateísmo del mundo occidental. Creo que no es casual que las mujeres uruguayas hayamos sido bastante libres desde hace décadas. El lugar donde encontré más exigencias de sumisión fue precisamente en las iglesias cristianas. Como mi familia era atea y yo entré al cristianismo ya de adulta, me rebelé contra esas imposiciones. Lo que impidió que abandonara todo fue el ejemplo de Jesús y su trato con las mujeres. Eso me dio la pauta de que debía haber algo mal en los textos bíblicos que supuestamente ordenaban la sumisión de las mujeres. Y me quedé, para estudiar teología y así luchar contra esas teologías patriarcales.

Actualmente en España el Ministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón está intentando hacer una contrarreforma en la ley de interrupción del embarazo para impedir que millones de mujeres puedan decidir sobre si quieren, pueden o están preparadas para ser madres. ¿Cómo ve una mujer cristiana feminista esa tutela del cuerpo de las mujeres embarazadas?

Controlar el cuerpo de las mujeres es la vieja costumbre del sistema patriarcal. Y parte de ese sistema es la religión. El papel de las religiones es doblemente condenable, puesto que le proveen al patriarcado la justificación ideológica (y peor aún, supuestamente "divina") de su dominio sobre los grupos sin poder. Por eso, las feministas cristianas tenemos la obligación de denunciar la complicidad de la religión con el patriarcado, y luchar por el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.

La monja Teresa Forcades defiende que si Dios ha puesto la vida en manos de la mujer, ella es la que debe decidir sobre si puede o no tenerla. ¿Opina usted lo mismo o cree que los gobiernos deben regular la interrupción del embarazo?

Estoy de acuerdo con Forcades. Su argumento de que Dios ha puesto la vida (y la decisión) en manos de las mujeres me parece una de esas grandes intuiciones inéditas de las que hablábamos antes. Los gobiernos deben promulgar leyes que aseguren a las mujeres todos los derechos, incluso el de tomar las decisiones sobre la maternidad. Digámoslo con todas las letras: afirmar que el aborto debe ser legal no significa estar a favor del aborto mismo, sino a favor del derecho de las mujeres a decidir y, eventualmente, a abortar en condiciones seguras. En Uruguay, desde que se legalizó el aborto, no han muerto más mujeres por esta causa. Eso muestra la importancia de la legalización.

Muchas veces uno se pregunta que tendrá el cristianismo para que tan fácilmente pueda dar cobertura y justificación al racismo, machismo, homofobia, a la muerte... incluso cuando son parte de tu comunidad o incluso de tu familia. ¿Tiene alguna respuesta para esto?

No creo que el problema esté en el cristianismo mismo, sino en las interpretaciones y las doctrinas de las iglesias. Si como cristianismo entendemos lo que nos dejó Jesús, no hay justificaciones posibles para ninguna forma de discriminación. Así que el problema no viene de Jesús sino de sus seguidores. No olvidemos el dato de que TODOS los teólogos de los primeros siglos --conocidos como Padres de la Iglesia--eran hombres de clase alta. Las únicas excepciones fueron Atanasio y Agustín, que eran de clase media. No es extraño que la teología que hicieron esos Padres respondiera a los valores de la clase social a la que pertenecían. Desde sus comienzos, las iglesias se han aliado con el poder y han sido funcionales al sistema patriarcal.

El respeto por la diversidad, la Palabra de Dios dirigida a todas las mujeres y todos los hombres sin distinción, el amor al prójimo; se sustentan principalmente en el cristianismo en la persona y el mensaje de Jesús. En una de sus respuestas ha unido las palabras Jesús y feminista, algo que en algunos entornos puede levantar ampollas todavía. ¿Se atreve a unir también las palabras Jesús y gay? ¿Cree que esta identificación puede ayudar a la liberación de muchas personas oprimidas por su orientación sexual?

En los evangelios, no encuentro ningún dato que me permita afirmar que Jesús fuera gay. Si lo hubiera, no tendría problema en unir esas dos palabras, tal como no lo tengo para afirmar --junto con muchos otros teólogos y teólogas-- que Jesús era un feminista. Lo que sí encuentro en los evangelios de Mateo y Lucas es la historia del siervo del centurión y su joven esclavo, que obviamente tenían una relación homosexual. Jesús no dijo nada al respecto, sino que se limitó a cumplir la petición del centurión y a alabar su gran fe. En vista de esta actitud de Jesús ante una relación homosexual, creo que se caen todos y cada uno de los 6 textos que se usan contra las personas LGBT. Esta es una verdad comprobable exegéticamente, así que puede ayudar a las personas que han sido oprimidas por su orientación sexual. Jesús tal vez no era gay, pero ciertamente era gay-friendly… y yo sigo el ejemplo de mi Maestro.

Sin embargo muchas mujeres y hombres lgtb forman parte de iglesias cristianas que hablan de amor y liberación pero aceptan que su amor no sea reconocido y sus experiencias de fe como personas lgtb no sean tenidas en cuenta. ¿Son estas comunidades positivas para ellas? ¿Están sin quererlo colaborando con la homofobia? ¿Qué opina usted que deberían hacer?

Una iglesia que hable de amor y liberación sin aplicarlos a todos sus miembros, independientemente de su orientación sexual o cualquier otra característica, simplemente es una comunidad hipócrita y mentirosa. Tales iglesias no son positivas para nadie y cualquier persona pensante (no necesariamente LGBT) debería huir de allí como de la peste. Siempre he dicho que Cristo es uno, pero iglesias hay muchas, así que cada uno puede asistir a la que le parezca la más apropiada. Las personas LGBT son tal vez las más perjudicadas por las iglesias conservadoras. Pero existen iglesias inclusivas y teológicamente progresistas. Mi consejo es que se informen con organizaciones LGBT cuáles son las iglesias inclusivas en su vecindad y que se cambien de inmediato.

Hace casi cinco años el expresidente americano Jimmy Carter abandonó la Convención Bautista del Sur porque discriminaba a la mujer. Algunas voces le animaban a intentar cambiar las cosas desde dentro. ¿Cuál debería ser la respuesta de las personas heterosexuales cristianas que quieren ser fieles a la llamada de Jesús y que ven como son discriminadas sus hermanas y hermanos homosexuales en su propia comunidad?

Cuando supe que Jimmy Carter había abandonado a los bautistas del sur por su misoginia, me alegré y me sentí muy identificada. A fines de 1991, yo me fui de los bautistas del sur por ser una iglesia misógina, dogmática y demasiado conservadora. Incluso para una persona influyente, como Carter, cambiar las cosas desde adentro en iglesias monolíticas es muy difícil. A veces, tiene más efecto abandonar públicamente la organización, explicando las razones. Si decidimos quedarnos a luchar desde adentro, es más eficaz hacerlo desde la iglesia local y no desde la organización a nivel nacional, donde la burocracia, los intereses y las luchas de poder complican los cambios. De todos modos, se puede hacer mucho creando conciencia desde la escuela dominical, las clases del seminario, las reuniones caseras y hasta el Facebook.

Hace un mes, cuando desde el Blog Homoprotestantes recogíamos candidaturas para el Premio Homoprotestante 2013, rápidamente desde Argentina nos propusieron su nombre. La razón, que muchas personas lgtb de ese país reconocían en usted a una persona que ha sabido ponerse en el lugar “del otro” y “de la otra” para trabajar por su liberación. Para finalizar, y agradeciéndole su amabilidad, su tiempo y sus palabras, me gustaría preguntarle qué es lo que usted ha aprendido trabajando por, para y junto a estas personas.

Creo que lo más importante que he aprendido es la forma en que las personas que han sufrido discriminación se cuidan unas a otras, como nunca lo había visto en otros grupos. Otro ejemplo que me han dado es la paciencia. Los he visto hacer un trabajo como de hormiga y esperar pacientemente por los cambios. Me siento honrada de luchar junto a ellos, aprendiendo en el camino a ser más paciente. Y el amor que me han dado mis hermanos y hermanas LGBT es mucho mayor que cualquier cosa que yo pueda haber hecho por ellos y ellas.


Muchas gracias Cristina.

Entrevista realizada por Carlos Osma